A pesar del desconcierto sobre la caída del Bitcoin, de la bolsa de valores, del aumento de la inflación en todo el mundo y por los ajustes de la Reserva Federal de los Estados Unidos (FED), esto parece que no se trata de una recesión.
Las últimas semanas han caído las bolsas de valores americanas aparentemente en reacción al movimiento inflacionario y por la subida de los intereses por parte de la FED. El principal temor para muchos analistas financieros es una posible depresión económica en Estados Unidos, pero no hay signos de una recesión en este momento porque las tendencias laborales y el gasto de los consumidores son fuertes.
Nos encontramos en un entorno más bien positivo, en el que el desempleo en EEUU es muy bajo, con millones de ofertas de trabajo disponibles, las empresas y los balances de los bancos son sólidos, los sistemas financieros también están en buena forma, los informes de ganancias de las empresas son saludables, según los resultados de Home Depot y Walmart podemos ver que los consumidores siguen gastando, los mercados crediticios no están bajo estrés, la demanda de vivienda no se ha desacelerado drásticamente y los bancos todavía están bien capitalizados.
¿Pero por qué entonces se da este nerviosismo?
Primero la pandemia y luego la guerra entre Rusia y Ucrania han generado una cadena de desabastecimiento. Al tercer mes de pandemia los negocios de transporte decidieron adelantar el dar de baja a sus equipos que estaban cerca de cumplir su tiempo de vida útil, es así como se chatarrizaron millares de camiones, buques, aviones y contenedores de todo el mundo, lo cual resultaba más económico que pagar por su parqueo y mantenimiento, pero una vez terminada la pandemia esta escasez de vehículos desató una crisis de transporte a todo nivel, y un desabastecimiento de todos los insumos en el mundo. Al mismo tiempo se detuvo o se redujo la producción agrícola en muchos lugares del mundo, ocasionando escasez y un alza de precios de muchos productos alimenticios, lo mismo sucedió con la producción minera, partes de productos, etc. La inflación se disparó por el aumento de precios del transporte, de los alimentos y las materias primas, ocasionando una crisis de suministros en todas las cadenas productivas del mundo.
Y cuando parecía que las cosas estaban por solucionarse estalló la guerra y exacerbó esta situación, ya que Ucrania no ha podido exportar sus productos, pero Ucrania es uno de los más importantes proveedores de alimentos en el mundo como de trigo, cebada, maíz, aceite de girasol, es proveedor de importantes minerales como gas neón, un material fundamental en la fabricación de microchips, proveedor de manufacturas y de muchos otros. Adicionalmente las sanciones económicas en contra de Rusia ha afectado la provisión de petróleo y gas.
La escasez en consecuencia genera una subida de los precios de todos estos productos al punto de duplicarse muchos de ellos, como el precio del gas o el aceite de girasol. Pero también ha generado la necesidad de sustituir o ampliar la provisión de todos estos productos, generando el interés por invertir en desarrollo o ampliación de productores de todo tipo, todo el mundo se propuso producir más, lo cual ha requerido de cantidades enormes de dinero para poder cubrir la inversión en campos agrícolas, fabricación de vehículos, construcción de nuevas fábricas, etc. etc. etc.
Entre los refugios habituales para el dinero en épocas de crisis ha estado siempre el oro, pero en las últimas décadas muchos inversionistas protegen su dinero invirtiendo en Bitcoins, otros buscan acciones de bajo riesgo como el Dow Jones o NASDAQ. Coincidencialmente todos estos índices incluidos el del oro han caído en estos últimos meses, aparentemente esto se debe a que muchos tenedores de este tipo de papeles han requerido convertir sus inversiones en dinero en efectivo para trasladarlo a inversiones más interesantes o indispensables bajo la coyuntura global, y se estima que ese dinero está siendo invertido en la expansión de nuevos centros productivos de todo tipo y en todo el mundo.
Por lo tanto esta caída de los valores de bolsa se espera que sea sólo temporal y que una vez que se estabilice el comercio mundial de suministros, las cotizaciones de los índices y acciones vuelvan a sus niveles habituales o incluso superiores. Es decir que el Bitcoin, con toda seguridad se recuperará, es parte de la adaptación a la nueva hegemonía económica.
Boris Mantilla
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